El pasado día 10 de octubre nos dejó Luis Vega Reñón, catedrático emérito de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la UNED. Luis perteneció a la generación de los jóvenes filósofos de 1970, de la que también forman parte Javier Muguerza, Eugenio Trías y Fernando Savater, entre otros. Destacó, primero, como historiador y filósofo de la lógica, para ser, después, el fundador de la teoría de la argumentación en España. Sin desmerecer del resto de sus publicaciones, Si de argumentar se trata (Montesinos, 2003) y La fauna de las falacias (Trotta, 2014) son hitos en el desarrollo de la teoría de la argumentación en español, de obligada lectura para quien quiera acercarse a esta disciplina relativamente joven, puesto que aparece en la segunda mitad del siglo XX. Muchos teóricos de la argumentación a ambos lados del Atlántico nos reconocemos como discípulos de Luis, y muchos también hemos disfrutado del privilegio de su amistad. Paula Olmos resumió su manera de ser en una entrevista de 2016 en Rebelión, cuando dijo que «Luis Vega apoya generosamente a quienes trabajan con él sin sacar provecho propio y sin imponer sus líneas, una auténtica rareza».
Entre las razones de Luis para pasar del estudio de la lógica al estudio de la argumentación estaba su preocupación por el deterioro de la calidad de la argumentación en la esfera pública, de la que surgieron sus trabajos sobre la deliberación, las fake news, la desinformación y la posverdad, y su propuesta de una lógica civil, “dirigida a resolver cuestiones prácticas de interés y dominio públicos”. Activo hasta el último momento, Luis deja en prensa una historia de la teoría de la argumentación, que abre una nueva línea de investigación.
Gracias maestro; seguimos deliberando.
Hubert Marraud